Las prótesis dentales son soluciones efectivas para pacientes con pérdida de piezas dentales, ya sea parcial o total.
Estas prótesis, elaboradas con materiales como porcelana y acrílico, permiten restaurar tanto la estética de la sonrisa como la funcionalidad en la masticación y deglución.
La prótesis dental es la parte visible que se coloca sobre un implante o sobre piezas dentales originales para restaurar la función y estética dental. En casos de pérdida de piezas, la opción más común es la colocación de un implante de titanio, que actúa como raíz artificial, junto con la prótesis que reemplazará la pieza perdida
Estas prótesis se sostienen directamente en las encías mediante retenedores, sin necesidad de implantes.
Diseñadas para reemplazar toda la dentadura, ya sea en la arcada superior o inferior, se colocan sobre las mucosas o el paladar.
Indicadas para pacientes con pérdida de masa ósea, estas prótesis se fijan a dos implantes, ofreciendo una sujeción más estable que las removibles convencionales.
Aunque las prótesis dentales permiten una gran variedad de alimentos, es recomendable evitar aquellos que son duros, pegajosos o muy crujientes, ya que pueden dañar las prótesis o dificultar su uso.
Sí, las prótesis dentales pueden requerir ajustes con el tiempo debido a cambios en la boca del paciente, como la pérdida de hueso o encías. Es importante acudir al dentista para realizar estos ajustes y asegurar que la prótesis se ajuste correctamente.
Sí, las prótesis dentales están diseñadas para adaptarse a la boca del paciente y, con el tiempo, muchos usuarios se acostumbran a ellas. Sin embargo, puede haber un periodo inicial de adaptación en el que el paciente sienta incomodidad.
La duración de las prótesis dentales varía según el tipo y el cuidado que se les dé. Por lo general, las prótesis removibles pueden durar entre 5 y 10 años, mientras que las prótesis fijas pueden tener una vida útil más prolongada, de 10 a 15 años o más, si se mantienen adecuadamente.
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